Autor: Alessandro Barico
Reseña por: Arturo Romero
“Seda” es una de las novelas más breves que he leído y que despoja, en cada palabra, un hálito de melancolía y desazón.
Ambientada en 1861 donde “Flaubert está escribiendo Salammbo, la luz eléctrica era todavía una hipótesis y Abraham Lincoln, al otro lado del océano, estaba combatiendo en una guerra cuyo final no vería” seguimos a Hervé Joncourt un traficante de gusanos de seda que abandona su pueblo natal, Lavilledieu, una pequeña comarca en Francia para trasladarse en un principio a Egipto y a Siria, buscando capullos de seda. Desafortunadamente una epidemia comienza a afectar la producción y la única alternativa es buscar una nueva ruta comercial al oriente, Japón.
Los viajes serán continuos, una vez al año, un ritual que desembocará en el contacto con Hara Kei, un comerciante que hará negocios con el francés, gusanos por oro. Sin embargo, no es eso lo que impacta a Joncour, lo que llama su atención es una mujer de rostro joven, sin rasgos orientales que se encuentra al lado del japonés, se sentirá seducido y caerá en un estado de insatisfacción que lo llevan a recorrer las líneas de la tentación y el exotismo. imaginaciones que han de provocarle un pequeño destello de ilusión por obtener aquello que no le pertenece.
En cada trayecto, el francés describirá aquellos espacios y momentos que le atraen, se mantendrá nervioso por los kilómetros que ha recorrido y los que aún faltan por cruzar; deseará fervientemente llegar a buen puerto, realizar el intercambio y volver a su hogar, junto a su mujer que siempre lo espera. No obstante, también desea quedarse, acostumbrarse al silencio y descifrar los fonemas de una lengua desconocida, desoír los motivos de la guerra que llevarán a Japón a abrirse al mundo. Por otra parte, aquella desconocida también siente algo por aquel hombre, en cierto momento, ella le entrega un breve mensaje con caracteres que él no puede leer, lo intriga y cuando vuelve a Lavilledieu buscará a alguien que lo pueda traducir, la única persona que puede hacerlo se encuentra en París y dirige un prostíbulo, la madame toma la nota y dice: “Vuelve o moriré”, suficiente para Jencour quede trastocado. No sabe si se encuentra en una ilusión o en la realidad, si su experiencia ha sido un enigma o algo que ya ha vivido, la aventura lo lleva a preguntar y sus respuestas las encuentra en el silencio.
“Seda” es uno de los libros que se leen mientras esperas, una novela ligera que en cada capítulo se centra en un movimiento, en el recorrido, en la experiencia, en la soledad, en el deseo. También es, quizás, una metáfora de la piel, el territorio explorado y el primer contacto con el otro, una barrera que permite, en cada línea, buscar un nuevo camino que nos llevará a lugares indescifrables, el fin del mundo que, en este caso, nos resulta invisible.
Reseña por:
Juan Arturo Romero Meneses
(Puebla, 1986) bibliotecario, apasionado de la literatura y los viajes. En algún momento espera poner en orden sus libros y no leerlos al azar.
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